¿Quién está al otro lado?
Lo escuché hablar de este libro, de aquellos aparatos que compartía toda la familia, de la agenda manuscrita, de aplicaciones de mensajería y de qué decíamos y qué significaba todo y qué dice de nosotros cómo nos comunicamos ahora y me acordé de un amigo guionista que vino a casa el otro día y al enseñarme el libro que tenía en su mochila me dijo, está bien, pero siento que todo lo que leo últimamente es autorreferencial, la madre, el padre, uno mismo; me falta algo, dijo. Hablamos un poco de eso y comimos sandía y pasamos a otras cosas pero después, caminando bajo el sol, pensé que vivimos en un tiempo tan desconectado y tan de selfie que ya no nos hablamos como antes. Se comparte mucho la vida en formato escaparate, con pose y contención, como si necesitáramos una valoración y escasean esas conversaciones en las cocinas de la casas, al final de la fiesta, o en el bar, con gritos, o después de ver una buena película en un cine de verdad.
Lo que pasa, pienso, es que sea como sea, necesitamos contarlo.
Vi Aftersun, la película de la que habla todo el mundo. Un padre, una hija, unas vacaciones, verano. Me gustó pero no me encantó. Las expectativas traicionan. En tiempos de redes y de placeres uniformes es fantástico comprobar que conmoverse (con lo que sea) es una experiencia muy personal que está ligada a las constelaciones propias y generalmente en las antípodas de los algoritmos.
Sigo buscando el frío.
Este poema de Mercedes Escolano
HA EMPEZADO A CAER LA NIEVE
Ha empezado a caer la nieve,
azul como la flor del lino. Nos cobijamos
en la cabaña en torno a la chimenea.
Algo tan vulgar como una nevada
nos obliga a compartir el fuego.
Antiguamente solíamos contar historias
para acortar la tormenta.
Hoy todos callamos,
los ojos metidos en la taza humeante.
En el fondo nos gusta
saborear en silencio el café.
A veces nieva durante horas.
A veces días enteros.
resulta violento, después de un buen rato
junto al fuego, no tener de qué hablar,
esperar a que la nieve
se canse de nosotros.
Y esta belleza del pintor e ilustrador francés Norbert Goeneutte (1854-1894)
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